Nada se pierde

...todo se transforma...

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Siéntate, camina o corre...pero no vaciles.

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Los bosques suelen ser eso para muchos ojos, sólo bosques, o mejor dicho un conjunto de árboles. Muchos árboles. Con suerte algún ojo intrépido distinguirá un tipo de árbol de otro, un ciprés de un eucalipto. Pero ya es mucho pedir. Desconocen la cantidad de seres que esconden esos árboles, la cantidad de secretos que albergan sus ramas, que miman sus hojas. Pero como para muchas cosas en esta vida, a veces no basta con que existan, sino que necesitan ser vistas.

Gracias al magnifico universo hay ojos que nacieron para verlo. Ojos que ven lo maravilloso hasta en las partículas más pequeñas. Ojos para los cuales un bosque no es solo un grupito de árboles.

Y dicen, que allá a lo lejos, muy lejos, saltando un charco enorme, hay un hermoso bosque, de esos mágicos. Me lo contó el otro día un señor de sombrerito negro en la calle de mi jardín. Dicen que una brisa atlántica le trajo el chisme, de que allá a lo lejos por la noche, suceden los milagros. ¿Pero como los ven? Le pregunté inocente.

-Querida… – me contestó el muy astuto – en esta vida está todo perfectamente planeado para que las cosas salgan como tienen que salir, para que la magia suceda. E inclusive aquello que te puede parecer un error de la naturaleza, está sabia y perfectamente ubicado allí, en su tiempo y en su espacio. Todo es como debe ser y el mundo juega con ese juego de armonías y desarmonías encantador. Al caer la noche todos saben que ha llegado la hora de desplegar la fantasía. La luna se posa sobre la copa de los arboles y le da cantidad de luz necesaria para que el encuentro se produzca.

-Y que milagros suceden?- indagué con curiosidad.

-Todos… la vida misma es magia, y como todo buen truco no siempre te da los por qué y los cómo. Se trata de jugar, de adivinar, de intentar, de compartir, de sentir y otro poco de pensar, pero poco. Basta una gota de roció para desencadenar una infinita serie de milagros que ojalá los ojos de las criaturas como ustedes intentaran percibir. Y debajo de la tierra!!! Ohhh… debajo de la tierra ni os imagináis. Mis otros amiguitos de sombrero, “los colorados”, como yo les llamo, recaudan la magia de toda la tierra entera, de toda esa gota que acarició con amor todo el aire y las brisas hasta llegar al árbol… todo el árbol con sus hojas, sus frutos y sus flores… toda la tierra, con sus bichitos en banquete y sus hierbitas…

-Pero como puede ser que no notemos tanto encanto?

-El humano vive pensando, y no calla nunca esa voz. Por eso todo sucede en la noche, en el silencio, como el silencio del auditorio cuando el mago va a sacar algo de la galera. Sólo se trata silenciar, de querer ver, toda eso que sucede a tu alrededor… de estar atento. Porque transcurre de un segundo a otro. Y con cada día vuelve a ocurrir. Cuando lo percibas, pero no con tus neuronas, entiendes?… CUANDO LO PERCIBAS, traspasarás una delgada línea, dejarás de preguntarte tantos PORQUES…

Y ahí comenzará la magia… tu magia… comprenderás.

Bienvenida!



[Gracias a las fotografías de mi alquimista, por seguir alimentando y enriqueciendo mi vida]