Nada se pierde

...todo se transforma...

Hasta que vislumbré aquello entre las hojas, entre los arboles del pensamiento. La mente guarda miles de secretos, miles de rincones, y teje y desteje a su antojo. En ellas casi siempre se enredan las cosas. Pero hay momentos únicos que duran segundos, con los que basta tirar del hilo para que se deshaga el ovillo echándose a rodar por lo pasillos.
La escena es confusa, en aquel lugar, en esos mismos pasillos, en los ecos del silencio donde pueden llegar a convivir el cielo con el infierno. Allí donde eres poesía y del otro lado del espejo roto, eres tan solo un desierto. Tu suerte es en ese lugar un remolino de viento. Las ideas soplan fuerte y juegan a las escondidas en las ruinas de tus recuerdos que quieren seducir a tus deseos. De pronto sientes la calma, como años de un calmo delirio enfrascado. Un silencio ensordecedor. Un ascensor, que en lugar de ascender baja…y baja…y sigue bajando. La ruptura aparece en escena con una sonrisa irónica. De su mano cae un anillo. Lo ves que viene rodando de lejos. Y lo ves venir, girando y girando, bailando con su suerte una suerte de dos por cuatro… pero nunca termina de caer…y lo ves desplomarse.

Pasiones, desvelos, pedazos de cielo, pelusas, enredos, un poco de polvo, una taza en el suelo, un siete de copas. Una risa, un recuerdo, un temor, diez olvidos. “No sabía que la primavera duraba un segundo…yo quería escribir la canción mas hermosa del mundo…”

No quiero mas un mañana.

"...Todo sucede. La vida es más o menos un barco bonito. ¿De qué sirve sujetarlo? Va y va. ¿Por qué digo esto? Porque lo mejor de la vida se gasta en seguridades. En puertos, abrigos y fuertes amarras. Es un puro suceso, eso digo. ¿Eh, señor Mascaró? Por lo tanto conviene pasarla en celebraciones, livianito. Todo es una celebración..." (Haroldo Conti)

Algo un poquito volado, con una gota de nostalgia posmoderna...¿?

Calma y desaliento.
Los dos pies acariciando la naturaleza.
Un horizonte luciendo su mejor vestuario de atardecer algo naranja, algo rosa, entre grises y celestes.
Un principio o tal vez un inexperto fin. Un despertar, un resurgir.

Entre el calor que levantaba el suelo, quise alcanzar el cielo tocando la tierra. Tocar las profundidades de lo transitorio y hacerlo infinito, pero cuando levante las manos cayó arena.
No se si la insensibilidad de tus ojos sabrá lo que es despegar los pies de la tierra. O si conocerán mis ahogados instintos de libertad.
Hay un inmenso sendero, y una suave brisa que te invita a recorrerlo.
Sino decime… cuál es la diferencia entre estar vivo y estar muerto. ¿Es solamente respirar? Es solamente que el corazón late?
No ves el viento que trae voces extrañas, aromas de otros lugares, ¿Qué te dice?
Toda esa riqueza que sueñas en cosas, ni aun cuando las tengas la encontrarás. Mira por una vez afuera. Afuera de ti, fuera de tu periferia.
Hay un mundo que te pierdes cada vez que no lo eliges.
Fuera de ti hay una oleada que pide que te descosas, que desates tus hilos de seda.
Que desnudes tu alma, hasta dejar solo lo intrínseco de tu ser.
Fuera de ti hay un mundo al que le temes.
Fuera de ti, y de tus miedos, están esas fronteras que no quieres cruzar porque dudas de saber que hay mas allá.

Romper el círculo. Los círculos son cerrados.
Atravesar las fronteras.
Abrir la mente y dejar escapar.
Ir a dormir unas cuantas cosas, para después despertar otras.
Despertar, mover, avivar, excitar, sacudir, resucitar, recordar.

Ella andaba por la vida con una sonrisa de oreja a oreja, paseando sus ojos por todos lados como buscando algo dificil de hallar... sería algo que una vez tuvo y perdio? o algo que jamas vio?.
El andaba con su caminar errante y un par de ideas locas revoloteantes en la cabeza. Quién sabrá por qué pero por esas cosas del destino la niña de la trenza se cruzó con él. Quizá fascinada extendió sus manos como queriendo tocar el cielo y a un centimetro de su piel su figura se desvaneció.
Descubrió que el era tan sólo la sombra de lo que ella siempre quiso encontrar...


Lo primero que te venga a la mente. Un juego de asociaciones libres.
Vacío: lleno de nada
Tiempo: secuencia
Tierra: firmeza
Marca: signo
Olvido: descuido
Grano: represión
Muerte: viaje del alma
Cicatriz: huella de un recuerdo
Memoria: lugar en al mente
Camino: sendero, elección
Impulso: fuerza
Violencia: agresión
Historia: raíces
Política: corrupción
Cielo: celeste
Negro: oscuro
Túnel: atajo
Agujero: la cabeza de una aguja
Puerta: salida
Escalera: ascenso
Cuerpo: materia
Espera; trance pesado
Sangre: ocupa espacios vacíos
Pan: mezcla homogénea
Sexo: calor entre cuerpos
Corazón: vida
Frío: necesidad de calor
Torpeza: choque
Caída: golpe
Golpe: moretón
Angustia: dolor en el pecho
Lágrima: síntesis de una emoción
Risas: alegría
Latido: ritmo
Movimiento: danza

Si supiera dónde estás… me aflige escucharte en la lejanía…saber que me necesitás y no saber como ayudarte. Mi corazón se oprime.
Te percibo. Te oigo, pero decíme, ¿cómo llego hasta vos?... ¿cómo llego? ¿Eh? Si me necesitás decíme cómo encontrarte, qué puedo hacer. Sé que sufren tus heridas, sé que arden. Sé que sentís frío, que estás sólo, que tus ojos ya no ven el sol, que tu cuerpo pesa y duele... ¿pero dónde estás?
Siento tu voz en la distancia, como si fuese el quejido de un violín desafinado y triste… y te busco desesperadamente con la esperanza de encontrarte.
Mientras camino por las calles de esta ciudad repleta de otoño, con la brisa húmeda que tanto la caracteriza miro hacia arriba y sólo veo nubes grises, hojas de árboles que se mecen, techos, cables… ¿Dónde estás? Miro a mi lado y solamente veo rostros que en sus miradas cargan con el pesar del tiempo, quizá un poco amargados, quizá un poco tristes. Veo heridas que aun sangran y otras que ya casi están cicatrizando. En el suelo distingo pasos, recuerdos, las huellas de todos aquellos que un día pasaron por allí mismo. Hasta haciendo un poco de fuerza creo ver allí la lágrima de una madre llorando.
Y te escucho, cada vez más cercano. ¿Dónde estás? ¿Cuál es tu nombre? ¿Qué puedo hacer por vos?... De pronto tu grito oscurecido me aturde…y ahí estas, frente a mi, quieto, inmóvil, congelado en una fotografía, delante de ese gran edificio impotente y frío, sobre un lienzo pintado. Estás rodeado de miles de otros rostros bañados en dos palabras: Nunca Más.
La gente pasa, se detiene y te mira…como yo, que te contemplo, con una suerte de angustia. Me cuesta ponerme en tu piel, entender muchas cosas. Incluso cobardemente me espanta pensar en lo que viviste.
En este momento sé que no puedo ignorarte, como tantos otros hicieron llenos de miedo. No puedo traer tu cuerpo a la vida como así tampoco voy a poder curar las heridas que noto en las miradas intensas de quienes tanto te esperaron.
Pero cada día que pasa te pienso, y con mi memoria te doy vida. Era eso lo que querías cada vez que me llamabas. Es lo único que puedo hacer; hacerte presente... a través de mi…

El pasado hace el futuro. En memoria de todos los desaparecidos del golpe de estado de 1976, esas 30.000 cicatrices del alma que siempre estarán presentes.

Curiosamente el otro dia alguien pensó en lo mismo que muchas veces yo pensé...en la mirada. Hablando con él comentamos que divertido era clavarle la mirada a algún individuo que pasara en un auto o colectivo, y ver como rapidamente este escaparía. Vaya a saber que pensaría, no? Quizá pensaría que uno es un loco maníaco que busca hacerle algo, o un ladrón estudiando la posible situación de robo. Lo cierto es que hemos perdido la costumbre de mirar, de mirar bien, de mirar a los ojos. Y los ojos dicen tanto, una mirada expresa tanto! Puede hablar más que muchas palabras juntas y de hecho sin la mirada de los otros no somos. Alguien se puede sentir muy muy chiquitito si nadie lo mira. Probablemente se sentirá ignorado, como si no existiera.
Es una de esas cosas que en esta vida me llaman mucho la atención.
Una mirada analiza, siente, recrimina, delata, habla, desea... Una mirada contacta, conecta, replega tímidamente, sondea, elige o rechaza.
En todo lugar, y sin haber intercambiado una palabra todo puede comenzar con una mirada. Esa intangible cosa que sabe jugar. Esas miradas, esas sutiles negociaciones no verbales.
No hubo palabras en la pasión de Don Quijote por su Dulcinea del Toboso.
Otelo mato a Desdémona por ser el objeto de otra mirada. Una mirada no es simplemente fijar la vista en algo, es observar, es admirar. No es solo cierta expresión en los ojos es un rayo de luz que va desde tus ojos a los de otro… es un brillo lleno de energía que puede atrapar.

Mirar puede convertir lo humano en divino.Mirar puede ser un deleite, y devolver una mirada también. Mirar es comunicarse, es sentir, es capturar la realidad que nos rodea...y nos hemos cerrado tanto que nos da verguneza mirar, y que nos miren. Esquivamos, huímos.
Hoy quiero un poco de tus ojos, quiero un poco de esa luz que emanan...¿no me regalarías una mirada?