Nada se pierde

...todo se transforma...

yo tenía que encontrar algo de esto en el camino...
era seguro


[La Boutique del Libro - Palermo Viejo - Ciudad Autónoma de Buenos Aires]

Me sacaron la muela del juicio (una gracias al cielo je). Estoy pensando en técnicas camuflaje para disimular la hinchazón.
Puedo disfrazarme de leopardo (para distraer)... o de árbol (para confundirme)... o me pongo barbijo (lástima que pasó lo de la gripe A).
Puedo hacerme un peinado sauvage, así medio Emo y tapar ese lado de la cara...

voy a seguir pensando..

El Uru me dijo que no tengo que preguntar por qué, sino para qué...

así que...

en lugar de ¿Por qué las frutillas vienen cada vez más grandes?
será:
¿Para qué las frutillas vienen cada vez más grandes?

uhm...
que misterio.

Cuando tú estás solo, no estás desolado, estás simplemente solo – y hay una tremenda diferencia entre soledad y desolación. Cuando tú estás desolado estás pensando en el otro, extrañas al otro.

La desolación es un estado negativo. Tú sientes que estarías mejor si el otro estuviera ahí – tu amigo, tu esposa, tu madre, tu amado, tu esposo. Hubieras estado bien si el otro hubiera estado, pero no está. La desolación es la ausencia del otro.

Soledad es la presencia de uno mismo. La soledad es muy positiva. Es una presencia, una desbordante presencia. Tú estás tan lleno de presencia que puedes llenar el universo entero con tu presencia y no hay necesidad de nadie.

Osho The Discipline of Transcendence, Volume 1 Chapter 2

Es todo un DVD sin desperdicios que me fumé pacíficamente.
Aquí One Love, del loquito ese de rastas que era un grande, Bobby
Enjoy it!

One love, one heart
let's get together and feel all right
as it was in the beginning (one love)
so shall it be in the end (one heart

Más vale pez en mano...
que mil nadando?

mm...

¿Por qué será, no? Digo por que será que a uno a veces se le meten cosas en el alma tan profundo. Se que cuando empiezo así me pongo cursi, pero que más da, tengo un pedacito de eso también. A lo sumo nadie lee esto, y suponiendo que alguien lo haga ya fue. Hago de cuenta que es un diálogo con mis pensamientos (y sentimientos cof coff). Pensamientos dijiste?! Oh no! ahora si que nadie de nadie leería esto! Huiría del pánico.
Me tomo una infusión de manzanilla, después de un severo dolor de panza, como una vieja, un sábado a la noche, de esos en los que me gusta encontrarme conmigo misma. Y heme aquí, en pantuflas con Bob Marley, quien bautiza estas líneas. Everything is gonna be allright...
No tengo nada que esconder, pero sin embargo tengo muchas cosas adentro. Saben qué? Extraño mucho a alguien que vive muy lejos de mi. Hay que cruzar muchas gotas de agua para llegar a donde él. Sí, porque es un él. Y la verdad es que es extraño, haberlo tenido tan cerca, y ahora tenerlo tan lejos y esperar. Esperar qué? Y no sé.
Espero, pero no espero, pero mientras espero desespero.
Fuuu... me levanto cada día de mi vida preguntándome si estará bien, si será feliz, qué estará haciendo. De tan lejos quizás mientras yo me tomo la manzanilla el se esté despertando.
Lo gracioso es que lo alejé, sin alejarlo pensando que así la cuestión sería más fácil de sobrellevar. Craso error.
Puta madre!!! que estoy haciendo acá, me pregunto más de una vez. Puta madre!!! será posible que después de tanto tiempo siga sintiendo que el corazón se me sale del pecho como el primer día. Puta madreeee!!! soy una tremenda boluda. Porque no hago ni lo uno ni lo otro. Ni lo olvido ni voy a donde está. Peeero... ir a donde está? Tal vez ya no recuerde quién soy. Cómo no? me estás cargando! Y si se casó? Sí, claro, seguro que también tiene hijos. Pero dejá de volar. Volvé!
Si volver... eso quiero, que vuelva.
Ayer estuve en el patio de Güido y Pascualina. El abuelo me mostraba las plantas, como quien está orgulloso de su cosecha y de pronto me anuncia que me tiene una sorpresa. Dos manos cubren mis ojos desde atrás, y con tan sólo sentirlas ya sabía de quien se trataba. Pero ahí me desperté. ¿Por qué tenía que ser un sueño me querés decir?
No sé si estar enojada primero, o triste o qué!!! No sé por qué estoy escribiendo esto acá, ni sé si tiene sentido. Me enojo conmigo misma porque pienso que no actué como realmente lo sentía. Que boluda, querida! ¿ahora te das cuenta? Que boluda, querida!!! que pensaste que desatabas, cual cordón de zapatilla, el nudo de la soga que vos misma ataste un día. Como si nada. Así... escribiendo "chau". Y ahora te arrepentís. Porque te das cuenta de que no te sirvió para nada. Sos una fenómena! Boludaaa!
[A veces pienso que cuando te fuiste te llevaste algún pedacito de mi y no me avisaste. Entonces, ahora, ando como buscando algo todo el tiempo o como esperando que vuelva a mi. No me hallo.]
Es tan raro. ¿Cómo se hace, eh?
Para no extrañar... ¿Cómo se hace? Para olvidar si en realidad no se quiere olvidar...


Hubo un tiempo, allá por el remoto 1977, en que Fernández las llevaba a bailar todos los sábados a GEBA. Las dos estudiaban en un colegio de monjas de Palermo Viejo y todos les decían "las hermanas". Se hicieron amiguísimas en la secundaria, a los 14 años, y desde entonces se sentaban juntas, vivían una en la casa de la otra, se ayudaban con las materias y con los primeros novios, y se mostraban idénticas e incondicionales.

No eran, por supuesto, idénticas. Caro era morocha, cerebral y sobresaliente. Vivi era rubia, despreocupada y creativa. Pero estaban tan unidas que se contagiaban los giros y los gestos, se imitaban el tono de voz, se copiaban los peinados y los pasos de baile, y se intercambiaban los vestidos.

Fernández les presentó a Roli en los bailes de carnaval de 1978, y Caro emitió leves señales de atracción fatal. Roli era un rugbier de ojos azules que podía elegir porque todas las chicas de la zona estaban a sus pies. Vivi asesoró a Caro en la cacería, pero el pez era demasiado grande y siguió de largo. Eran adolescentes: Caro olvidó rápido y se abocó a otros chicos, y al año el rugbier no era ni siquiera un recuerdo.

Una noche, a la vuelta de unas vacaciones de Gesell, Vivi sentó a Caro en la cama de su cuarto y le contó que se había encontrado con Roli en el centro, que habían paseado por la playa y que una noche le había dado un beso en la boca.

–No pasó nada más, porque yo me fui al mazo, pero me sentí mal y quería contártelo. No te molesta, ¿no?

–No –dijo Caro– cómo me va a molestar esta estupidez. ¡Si ya ni me acuerdo de la cara de ese energúmeno!

Esa noche no pudo dormir. Se sentía dolida y traicionada, y a la vez culpable por pensar mal de su amiga, e indignada con ella por caer en la tentación, y deprimida consigo misma por ser tan poca cosa. Por la mañana, decidió que no podía rebajarse a comentar su dolor y que debía sobrellevarlo con dignidad. Lo sobrellevó en silencio, sin decir nada, y el tiempo fue curando esa pequeña herida de vanidad hasta que la disolvió por completo. Beneficiaron esa cauterización los sucesivos romances de Caro y los fracasos amorosos de Vivi, que sufría y se equivocaba de hombre con gran facilidad. Siempre estaba Caro para sostenerla y para apiadarse de su amiga. Caro era rígida y Vivi era flexible. Hicieron juntas el ingreso en la Facultad de Ingeniería, pero al año la rubia se pasó a los claustros de Arquitectura, y "las hermanas" tomaron algo de distancia. Aun así, cuando Caro perdía, que no era seguido, Vivi la compadecía y ayudaba, y viceversa. Esos eran los mejores momentos entre ellas: ser amigos en el fracaso es fácil, lo difícil es ser amigos en el éxito. El éxito trae competencias soterradas y envidias inevitables.

Cuando se recibieron, la clásica rivalidad entre arquitectos e ingenieros las alcanzó, aunque de un modo larvado e inconfesable. Sin decírselo nunca cara a cara, las chicas se acusaban mutuamente de "falta de imaginación" y de "falta de rigor". Ella no vuela, ella vuela demasiado. Ella es puro sueño, ella es puro cálculo. Saldaban esas diferencias, que jamás se imputaban para no hacerse doler, criticando con dureza a los maestros mayores de obra y a los decoradores de ambientes.

Caro conoció a un ingeniero y se casó por iglesia. Vivi conoció a un poeta y se fue a vivir a un sótano. La morocha creció económicamente y la rubia tuvo que hacer de todo para salir del pozo. Pero Caro tenía un matrimonio tormentoso y Vivi tenía un matrimonio idílico. Los hijos de ambas se detestaban, pero ellas eran madrinas cumplidoras y mantenían los ritos de la mejor amistad. Caro se separó del ingeniero y Vivi la acompañó en todo ese doloroso proceso. Luego Caro se hizo los pechos y comenzó una nueva vida, y Vivi se quedó en casa teorizando contra las siliconas.

La morocha, ya divorciada, comenzó a minar sutilmente las seguridades matrimoniales que Vivi tenía. Algo podrido, después de tantos años, tenía que estar gestándose debajo de aquel aparente mundo perfecto. En plena crisis de los cuarenta, Vivi se preguntaba si su "hermana" no tendría algo de razón, y luego se daba cuenta de que esos insistentes comentarios formaban parte de los deseos ocultos de la morocha: Caro quería que fracasara como ella misma había fracasado. Necesitaba que volvieran a estar parejas.

Jamás discutieron en treinta y un años de amistad, ni por el más mínimo asunto. Y se defendían como verdaderas leonas ante terceros. Pero era obvio que se vigilaban de reojo, y que se medían todo el tiempo, y que recelaban la ropa y la figura, y los modos en que conducían sus vidas.

Cuando rondaban los cuarenta y cinco fueron invitadas a una fiesta en los salones de GEBA organizada por varias promociones de cuatro o cinco colegios de Palermo, Colegiales y Belgrano. Se trataba de un baile informal, con cena y sorpresas, y Fernández asistió en ridículo saco y corbata. El disc jockey reproducía las viejas canciones, y bailarines levemente ajados reproducían las viejas piruetas. Había hombres y mujeres que habían hecho un pacto con el diablo. Y también chicas que se habían convertido en señoronas y muchachos que se habían transformado en sus padres y que daban un poco de pena. Algunos alumnos que habían sido serios en la juventud se habían convertido en excitados libertinos de última hora. Y corrían por las mesas y por la pista la caipirinha y el champagne junto con la electricidad erótica.

"Las hermanas" conservaban la piel, las curvas y el charme. Una vestía de azul y la otra vestía de granate, y cuando entraron juntas, del brazo, recibieron besos y rechiflas de admiración. Caro tenía una belleza marchosa, Vivi una belleza espontánea. Fernández les fue a buscar un trago y conversó animadamente con las dos. Vivi se tomó seis caipirinhas en una hora, Caro no terminó su copa de champagne. Bailaron temas de Bee Gees y de Chicago, y a la medianoche hubo un número vivo, y también varios vivos que tomaron el micrófono y comenzaron con juegos pícaros de secundaria. A la una, Vivi fue coronada por aclamación "la chica más infartante de la noche" y tuvo que agradecer en público y someterse a un reportaje irónico. Completamente borracha, respondió barbaridades y calificó con dureza a sus ex compañeros. Le dio el "premio limón" a su amiga Caro, por ser "controladora y un poco agreta", y siguió haciendo papelones durante un rato hasta que el disc jockey se apiadó de ella y puso un tema de Led Zeppelin.

Fernández notó dos cosas a la vez: Caro había desaparecido y Vivi estaba mareada y pálida. Tomó a la chica vacilante y la sentó en un cantero. Vivi lloraba y Fernández le pidió a un mozo un café doble bien caliente. ¡Se convirtió en una máquina! –decía la rubia–. Toda perfectita y envidiosa. Me trata como a una fracasada, me quiere manejar la vida. ¡Y nunca se le ocurrió una idea! ¡Nunca! Fernández le pasó un brazo por sobre el hombro y la tuvo media hora a moco tendido, secándole la cara con una servilleta. En un momento, Vivi se tomó del estómago y le dijo que tenía ganas de vomitar. Fernández la acompañó hasta el baño de damas y la esperó en el jardín. Vivi vomitó la cena, las caipiri­nhas y las tristezas histéricas de esa noche, y se quedó sentada en una silla, con las piernas torcidas y unas ojeras de muerta. De repente escuchó que la puerta cerrada de un retrete se abría y que se precipitaban desmañadamente afuera Caro y un galán maduro de ojos azules. Caro llevaba el vestido azul arrugado y sin un bretel, el pelo negro revuelto y el maquillaje corrido. El galán se parecía muchísimo a Roli, el rugbier energúmeno de antaño. Roli la miró un segundo, con el picaporte en la mano, y le dijo: Qué cambiada que estás, Vivi. Y luego hizo mutis por el foro. Caro se acercó al espejo, sacó de su diminuta cartera un cepillo y un lápiz labial, y comenzó a adecentarse. Lo hacía en silencio, sin emitir comentario alguno. Cuando llegó al rouge, miró de reojo a su amiga y le preguntó, con voz adolescente: No te molesta, ¿no?

Texto Fernández

fernandez@lanacion.com.ar

La historia de Caro y Vivi pone en cuestión la secreta rivalidad entre amigas que se quieren. La amistad, esa otra clase de amor, ¿sobrevive al paso del tiempo y a las envidias humanas? ¿Se dicen los amigos lo que piensan de verdad uno al otro? En la amistad, ¿hay más rivalidades entre mujeres que entre hombres?

Fernández





Corazones desatados / Historias de amor de gente común
Una tierna amistad entre mujeres

Dos chicas prometen ser amigas para siempre a los 14 años. Luego tienen un breve desencuentro por un chico. Pero siguen adelante, apoyándose mutuamente, aunque rivalizando en secreto por cada cosa. Hasta que, a los 45 años, van a un fiesta y ocurre una “catástrofe”

lanacion.com | Revista | Domingo 12 de febrero de 2006

En algún momento se desenchufaron los cables. Entonces lo que pasaba por tu cabeza salió para un lado y lo que pasaba por tu cuerpo salió por otro. Y dibujaron líneas luminosas en el aire, pero que nunca se tocaron.
Nunca se tocaron.
Fue en el momento en el que dejaste de sentir. Perdiste algo en el camino pero no te diste cuenta porque fue hace tanto tiempo que ya no te acordás.
Sí, tanto tiempo. Algo así como la cantidad de años que te separan de tu infancia. Del primer día, aquel en que naciste . De ese día, cuando sentiste que el aire abrazaba distinto que el agua en la panza de tu madre, que lloraste. Lloraste sin pensar en si alguien diría que eras muy blando o poco valiente. De ese día que cuando alguien te abrazo y te dijo "bienvenido al mundo" sonreiste, porque sentiste amor.
Y te olvidaste.
Te olvidaste de que toda tu identidad la construiste jugando. Jugando a ser alguien que aun no eras pero que serías.
Creciste tocando para conocer,
oliendo,
probando,
escuchando.
Así conociste al mundo. Sintiendo.
Así estaba bien. Hasta que un simpático grupo de personas te dijo que determinadas cosas ya no estaban bien. Y dejaste de sentir.
Y te olvidaste...

“Considere el amor como un estado de gracia, no el medio para nada… sino el alfa y el omega. Un fin en sí mismo”.

[El amor en tiempos de cólera]


- Florencia?
-Si, soy yo...
(¿?)
-Esto es para vos...

-Eh?! Pero cómo? ....de quién? (¿?)
-De "yo". Dijeron que ibas a saber quién es "yo"...

-¿?

No hice a tiempo para caer del asombro y correr detrás del muchacho que en la puerta de mi trabajo dejó un ramo de flores en nombre de "yo".
Fue una linda sorpresa... sólo lamento no haber podido agradecerle a "yo" cómo me hubiera gustado.
Así que "yo"... gracias por robarme una sonrisa de esas que duran todo el día!

Hace un tiempo vengo con un par de cosas en la cabeza. Me caracterizo bastante por tener ideas en la cabeza, muchas, pero poca iniciativa para sacarlas afuera. Soy de esas que necesitan un empujoncito. Entonces pensaba (para variar) en los pro, en los contra.... pensaba:

y cómo lo hago, no se cómo se hace, no conozco nada sobre el tema, o muy poco, nunca lo hice... pero lo quiero hacer. Y bueno! lo haré... como venga... pero cómo saldrá?. No tengo idea. Y si sale mal?. Y si sale bien?. Mejor no lo hago. Que hago?. Ayyy...

Mientras pensaba tuve ganas de tomar una chocolatada. Hace tanto que no tomo chocolatada! . Entonces puse el polvito del cacao (no digo la marca! todavía no hago chivos) y le tiré la leche. Revolví. Resultado: chocolatada grumosa. Fue ahí cuando vi una batidora de mano (así como larguita) y se me ocurrió hacer chocolatada batida (no sé si exite, la idea sonaba tentadora!). No tuve mejor idea que meter la batidora, así como lo sentí. Resultado: la chocolatada salió volando desparramándose por la mesada. En lugar de llorar sobre la leche derramada tomé un trapito y limpié rápido; yo quería tomarme la chocolatada!!!. Por suerte rescaté media taza... pero no fue lo único que rescaté. Esa media taza quedó deliciosamente batida y espumosa, batidita, re re rica! Entonces pensé (para variar):

que así es como lo tengo que hacer a eso que quiero hacer. Sin pensarlo tanto y sintiéndolo un poco más. A lo sumo que me puede pasar? que algo se derrame un poco sobre la "mesada", para lo cual existe un trapito y agua, se limpia lo derramado, y cuando la superficie quede limpia se verá el verdadero resultado. Aunque de buenas a primeras parezca que está mal, va a salir bien...

Así que veremos que sale. Si sale bien les cuento. Si sale mal seguro que no les cuento (obvio, que creían?) Por ahora les recomiendo chocolatada batida. (!!)

1 dice:
a q viene eso?

2 dice:
ay no se...
estoy como... viste como cuando necesitas un abrazo?...no se q palabra sería

1 dice:
(icono de abrazo) jajajajaja, es lo q mas cercano a un abrazo via internet

2 dice: see, q chongo!

1 dice:
y xq necesitas un abrazo?

2 dice:
no se... toy necesitad@ de afecto jajaja q triste sono eso

1 dice:
triste? por? cuantas veces todos necesitamos afecto?

2 dice:
y si,

1 dice:
es normal, y q mejor q reconocerlo!

2 dice:
pero es medio triste, no deberia ser asi...

1 dice:
que? no te deberia faltar afecto?

2 dice:
q uno llegara a necesitar afecto, no? es medio contradictorio, vivimos rodeados de personas...deberia sobrar!!!

1 dice:
no. todo el mundo necesita afecto a veces. alguna veces lo tiene o no..no te parece?

2 dice:
si... es q es indudable q es asi..pero digo q no debiera ser asi...

1 dice:
por?

2 dice:
porq en cierto modo q eso pase delata un error...es como una idea comunista del afecto
jajaja

1 dice:
no. si. es una idea rara la tuya. si queres afecto seguramente lo tendras cerca, es cuestion de buscarlo..y no esperar q venga...

2 dice:
pero digo.. es como cuando uno dice que los pobres son pobres porq quieren

1 dice:
no. no es lo mismo, por q los pobres son pobres x culpa de un sistema que los oprime y necesita mantener a los pobres xq son parte del sistema. no es lo mismo..

2 dice:
y no sera que la falta de afecto es porq pertenecemos a un sistema que necesita mantener una falta de afecto?

1 dice:
no, xq el hombre necesita de otras personas para vivir

2 dice:
pero podes rodearte de otras personas y tener esa falta de afecto

1 dice:
si, pero si uno no busca el afecto no viene. Puede venir, pero no necesariamente

2 dice:
es q buscar implica tener esa falta previa... yo hablo de no llegar al estado de carencia

1 dice:
cuanta filosofia...

2 dice:
jjaja...estas charlas nunca terminan

1 dice:
y cual es la solucion q propones

2 dice:
"hay q besarse mas decia Galan" jajaj!! q se yo! no se! si yo tuviera la solucion no estaria como estoy

1 dice:
y si no tenes a quien besar le das un beso al cajon de Galan?

2 dice:
juju!! noo!

1 dice:
entonces esa solucion no sirve

2 dice:
pero lo dije en broma che

1 dice:
ah..tenes una solucion eficaz?

2 dice:
dije q no...vos?

1 dice:
ja, menos (...)
contame algo...

Se que vos querias verme
pero aqui estoy varado en Barajas
Las mismas ganas tenia yo de verte
Pero tambien ha varado la suerte

*

Siéntate, camina o corre...pero no vaciles.

*

Los bosques suelen ser eso para muchos ojos, sólo bosques, o mejor dicho un conjunto de árboles. Muchos árboles. Con suerte algún ojo intrépido distinguirá un tipo de árbol de otro, un ciprés de un eucalipto. Pero ya es mucho pedir. Desconocen la cantidad de seres que esconden esos árboles, la cantidad de secretos que albergan sus ramas, que miman sus hojas. Pero como para muchas cosas en esta vida, a veces no basta con que existan, sino que necesitan ser vistas.

Gracias al magnifico universo hay ojos que nacieron para verlo. Ojos que ven lo maravilloso hasta en las partículas más pequeñas. Ojos para los cuales un bosque no es solo un grupito de árboles.

Y dicen, que allá a lo lejos, muy lejos, saltando un charco enorme, hay un hermoso bosque, de esos mágicos. Me lo contó el otro día un señor de sombrerito negro en la calle de mi jardín. Dicen que una brisa atlántica le trajo el chisme, de que allá a lo lejos por la noche, suceden los milagros. ¿Pero como los ven? Le pregunté inocente.

-Querida… – me contestó el muy astuto – en esta vida está todo perfectamente planeado para que las cosas salgan como tienen que salir, para que la magia suceda. E inclusive aquello que te puede parecer un error de la naturaleza, está sabia y perfectamente ubicado allí, en su tiempo y en su espacio. Todo es como debe ser y el mundo juega con ese juego de armonías y desarmonías encantador. Al caer la noche todos saben que ha llegado la hora de desplegar la fantasía. La luna se posa sobre la copa de los arboles y le da cantidad de luz necesaria para que el encuentro se produzca.

-Y que milagros suceden?- indagué con curiosidad.

-Todos… la vida misma es magia, y como todo buen truco no siempre te da los por qué y los cómo. Se trata de jugar, de adivinar, de intentar, de compartir, de sentir y otro poco de pensar, pero poco. Basta una gota de roció para desencadenar una infinita serie de milagros que ojalá los ojos de las criaturas como ustedes intentaran percibir. Y debajo de la tierra!!! Ohhh… debajo de la tierra ni os imagináis. Mis otros amiguitos de sombrero, “los colorados”, como yo les llamo, recaudan la magia de toda la tierra entera, de toda esa gota que acarició con amor todo el aire y las brisas hasta llegar al árbol… todo el árbol con sus hojas, sus frutos y sus flores… toda la tierra, con sus bichitos en banquete y sus hierbitas…

-Pero como puede ser que no notemos tanto encanto?

-El humano vive pensando, y no calla nunca esa voz. Por eso todo sucede en la noche, en el silencio, como el silencio del auditorio cuando el mago va a sacar algo de la galera. Sólo se trata silenciar, de querer ver, toda eso que sucede a tu alrededor… de estar atento. Porque transcurre de un segundo a otro. Y con cada día vuelve a ocurrir. Cuando lo percibas, pero no con tus neuronas, entiendes?… CUANDO LO PERCIBAS, traspasarás una delgada línea, dejarás de preguntarte tantos PORQUES…

Y ahí comenzará la magia… tu magia… comprenderás.

Bienvenida!



[Gracias a las fotografías de mi alquimista, por seguir alimentando y enriqueciendo mi vida]