Nada se pierde

...todo se transforma...

En algún momento se desenchufaron los cables. Entonces lo que pasaba por tu cabeza salió para un lado y lo que pasaba por tu cuerpo salió por otro. Y dibujaron líneas luminosas en el aire, pero que nunca se tocaron.
Nunca se tocaron.
Fue en el momento en el que dejaste de sentir. Perdiste algo en el camino pero no te diste cuenta porque fue hace tanto tiempo que ya no te acordás.
Sí, tanto tiempo. Algo así como la cantidad de años que te separan de tu infancia. Del primer día, aquel en que naciste . De ese día, cuando sentiste que el aire abrazaba distinto que el agua en la panza de tu madre, que lloraste. Lloraste sin pensar en si alguien diría que eras muy blando o poco valiente. De ese día que cuando alguien te abrazo y te dijo "bienvenido al mundo" sonreiste, porque sentiste amor.
Y te olvidaste.
Te olvidaste de que toda tu identidad la construiste jugando. Jugando a ser alguien que aun no eras pero que serías.
Creciste tocando para conocer,
oliendo,
probando,
escuchando.
Así conociste al mundo. Sintiendo.
Así estaba bien. Hasta que un simpático grupo de personas te dijo que determinadas cosas ya no estaban bien. Y dejaste de sentir.
Y te olvidaste...

1 visitantes:

MUCHAS GRACIAS SRTA...LE DEJO UN BESO GRANDE Y NOS ESTAMOS LEYENDO.