Nada se pierde

...todo se transforma...

En ese momento pleno y familiar apareció su mirada intrépida. Siempre habrá de quedarles la duda de quién descubrió primero a quien, o si quizá ambos de descubrieron a la vez. Esas cosas que nadie registra en el preciso momento en que suceden. Una sensación extraña que quebró con toda la tranquilidad le robó una sonrisa, y el se acercó. Un completo desconocido que para su sorpresa se sentó a su lado, y con una sonrisa casi insolente la saludó, y le dio un beso en la mejilla... Algo como la fatalidad que trae la inercia la sacudió… esa... tan extraña cosa que desde aquel segundo sintió y no supo cómo detallar.

Las incertidumbres habían llegado su mano... y lo habían hecho para quedarse. Bastaban un par de segundos...

para desengancharle el alma...

para arrebatar su hada...

para sentir que el cuerpo no pesaba nada...

...y que el tiempo sencillamente no pasaba…